4 DE JULIO DE 1811, LA CREACION DEL 1° CONGRESO NACIONAL

09.08.2011 00:27

4 DE JULIO DE 1811, LA CREACION DEL 1° CONGRESO NACIONAL

 

A comienzos del siglo XIX Chile se ve envuelta en su proceso de independencia, siendo su primer gesto libertario la formación de una junta de gobierno el 18 de septiembre de 1810, esta primera junta no tenia ninguna pretensión de ser un acto independentista o de separación de la corona española. Además la primera junta de gobierno, producto de un cabildo abierto, representaba principalmente los intereses y aspiraciones de Santiago. Lamentablemente el centralismo en la toma de decisiones era y sigue siendo una debilidad de nuestro sistema político hasta el presente, tal vez a llegado el momento de pensar seriamente en una República Federal o de Regiones más Autónomas.

Tal vez la obra política más importante de la primera Junta de Gobierno fue llamar a un Congreso de carácter nacional que representara a todos los chilenos, de esta forma queda establecido la creación de este organismo fundamental para el desarrollo de nuestra historia republicana. Su inauguración sé preveía para los primeros días de abril, pero, esta se retraso debido al motín del coronel español Tomás de Figueroa el cual pretendía restaurar un gobierno fiel a las autoridades españolas. Finalmente el Congreso Nacional es inaugurado solemnemente el 4 de julio de 1811 en el edificio de la Audiencia, siendo presidida por Juan Antonio Ovalle. Esta vez todos los partidos (provincias) del país se encontraban representados en esta nueva institución el Congreso Nacional, todos los autores coinciden en que desde un principio se manifestaron de forma más o menos definida tres tendencias, una proclive a España, una moderada y mayoritaria y una revolucionaria o verdaderamente patriota, esta posición fue en principio minoritaria y estuvo liderada por Juan Martínez de Rosas, luego será liderada por José Miguel Carrera.

Por Copiapó y después de negociaciones y presentaciones de distintos candidatos se impone como Diputado electo al congreso Juan José Echeverría, el cual se alineo con el bando revolucionario – patriota, como suplente fue electo José Antonio de Astorga, al sacerdote Domingo Carmona le correspondió realizar un te deum en agradecimiento al nuevo momento de libertad que vivía Chile, predica que estuvo en concordancia con los preceptos más independentista que circulaban en Copiapó y Chile. Se puede afirmar que desde los lejanos inicios de nuestra República la región a adherido a posturas progresistas.

Entre las obras del primer Congreso Nacional podemos destacar la creación de la provincia de Coquimbo, a la que se anexaría el partido de Copiapó. La creación de un tribunal Supremo Judicial compuesto por tres oidores, este en remplazo de la Real Audiencia, máximo tribunal de Justicia y reducto español. A iniciativa de Manuel de Salas de dicto la Ley del Vientre que venia a ser un primer paso en la abolición de la esclavitud, y se promulgó el reglamento para la autoridad ejecutiva de 1811, que algunos consideran una primera Constitución. Se suprimió los derechos parroquiales se envió a Francisco A. Pinto como diplomático ante la Junta de Buenos Aires. Con el primer Congreso Chile enfilaba por un nuevo rumbo, además la llegada de José Miguel Carrera ayudaría a comenzar el diseño de un camino distinto, más libertario e independentista. En todos estos hechos es necesario destacar que Copiapó apoyo siempre a los revolucionarios, los por siempre y en todas épocas verdaderos patriotas.

Conclusiones : Esta claro que no se puede afirmar que el 18 de septiembre sea el día donde se dicta la independencia nacional, ya que esto se dictará muy posteriormente el 12 de febrero de 1818, en la ciudad de Talca. Tampoco que todos los participantes del cabildo, ni siquiera que los integrantes de la primera Junta de Gobierno, estuvieran pensando en la independencia, pero, si existe en nuestra aristocracia la necesidad del manejo y control del poder político, este tipo de control daría paso al manejo de otras instancias de la vida en Chile. Lo cierto es que este primer paso abrió una puerta donde se coló como una ráfaga incontenible, el viento de la libertad, después de ese 18 de septiembre, ya nada volvió a hacer lo mismo, se conspiro, se legislo, se lucho, contra España. Las acciones de la primera junta, como las del primer congreso nacional y especialmente las del gobierno de José M. Carrera son indicativas de que se buscaba fortalecer la conciencia política en cuanto a los beneficios y a la necesidad de ser independientes. Después del 18 de septiembre de 1810 , se construyo un día a día donde se fue haciendo más necesario para los chilenos la independencia. Por eso bien podemos afirmar y sentir en esta fecha, como la de la llegada de la Libertad. 

 
 

Independencia

PROCLAMACION DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL

EL DIRECTOR SUPREMO DEL ESTADO

 

La fuerza ha sido la razón suprema que por más de trescientos años ha mantenido al nuevo mundo en la necesidad de venerar como un dogma la usurpación de sus derechos y de buscar en ella misma el origen de sus mas grandes deberes. 

Era preciso que algún día llegase el término de esta violenta sumisión: pero entretanto era imposible anticiparla: la resistencia del débil contra el fuerte imprime un carácter sacrílego a sus pretensiones y no hace más que desacreditar la justicia en que se fundan. 

Estaba reservado al siglo 19 el oír a la América reclamar sus derechos sin ser delincuente y mostrar que el periodo de su sufrimiento no podía durar más que el de su debilidad. 

La revolución del 18 de septiembre de 1810 fue el primer esfuerzo que hizo Chile para cumplir esos altos destinos a que lo llamaba el tiempo y la naturaleza: sus habitantes han probado desde entonces la energía y firmeza de su voluntad, arrostrando las vicisitudes de una guerra que el gobierno español ha querido hacer ver que su política con respecto a la América sobrevivirá al trastorno de todos los abusos. 

Este último desengaño les ha inspirado naturalmente la resolución de separarse para siempre de la monarquía española, y proclamar su INDEPENDENCIA a la faz del mundo. Más no permitiendo las actuales circunstancias de la guerra la convocación de un Congreso Nacional que sancione el voto público; hemos mandado abrir un gran registro en que todos los ciudadanos del Estado sufraguen por si mismos libre y expontaneamente por la necesidad urgente de que el gobierno declare en el día la Independencia o por la dilación o la negativa. 

Y habiendo resultado que la universalidad de los ciudadanos esta irrevocablemente decidida por la afirmativa de aquella proposición , hemos tenido a bien en exercicio del poder extraordinario con que para este caso particular nos han autorizado los pueblos , declarar solemnemente en nombre de ellos en presencia del Altísimo y hacer saber a la gran confederación del género humano que el territorio continental de Chile y sus islas adyacentes formas de hecho y por derecho un estado libre Independiente y Soberano, y quedan para siempre separado de la Monarquía de España, con plena aptitud de adoptar la forma de gobierno que más convenga a sus intereses. 

Y para que esta declaración tenga toda la fuerza y solidez que debe caracterizar la primera acta de un pueblo libre la afianzamos con el honor, la vida, las fortunas y todas las relaciones sociales de los habitantes de este nuevo estado: comprometemos nuestra palabra, la dignidad de nuestro empleo, y el decoro de las armas de la patria; y mandamos que con los libros del gran registro se deposite la Acta original en el archivo de la Municipalidad de Santiago, y que circule a todos los pueblos, exercitos y Corporaciones para que inmediatamente se jure y quede sellada para siempre la emancipación de Chile.

 

Dada en el palacio Directorial de Concepción a 1 de enero de 1818, firmada de nuestra mano , signada con el de la nación y refrendada por nuestros ministros y secretarios de estado en los departamentos de gobierno, hacienda y guerra.

 

Bernardo O’Higgins, Miguel Zañartu, Hipolito de Villlegas , José Ignacio Zenteno.