Héroes Patrios

Muerte de José Miguel Carrera

18.08.2011 21:24

Su muerte

 

Así pues, Carrera estaba a cargo de un grupo armado relativamente pequeño (cerca de 500 hombres) pero bloqueado cerca de Buenos Aires. Decidió internarse en las pampas con la esperanza de poder cruzar la cordillera hacia Chile. Fue ganando adeptos entre los indígenas, quienes llegaron a nombrarle "Pichi-Rey" ("pequeño rey").

 

"Los últimos momentos de Carrera", por el pintor chileno Juan Francisco González.

 

Marchó sobre el centro de detención de Las Bruscas donde "...puso en libertad los chilenos prisioneros en San Nicolás que estaban encerrados quienes consintieron alistarse en sus filas bajo la solemne promesa de ser restituidos a su libertad tan luego como la capital cayera en sus manos."

A continuación viene un periodo que es difícil de entender. En lugar de concentrarse en cruzar la cordillera, se dedica a hacer una guerra sangrienta, de exterminio, no contra las autoridades sino contra las poblaciones civiles en la Provincia de Buenos Aires, acciones que no podían tener otro resultado que la perdida de cualquier simpatía que pudiera tener entre las autoridades y población civil, y no solo en esa provincia.

Incentivó el ataque del cacique Yanquetruz, a la localidad de Salto, en Buenos Aires (aunque sin tomar parte), el 3 de diciembre de 1820, oportunidad en la que la indiada destruyó buena parte de la población , asesinando a los hombres y esclavizando como botin de guerra a las mujeres. Los pueblos de Rojas, Lobos y Chascomús también fueron asaltados.

 

 

Placa Conmemorativa del Fusilamiento de los Hermanos Carrera ubicada

en la Plaza Pedro del Castillo en la Ciudad de Mendoza, Argentina

(Nótese que el apellido está escrito como “Carreras” y no “Carrera”).

En febrero de 1821 abandona las tolderías de los ranqueles y se dirige a Chile solicitando libre paso a los gobernadores de Córdoba y de San Luis, pero estos se niegan y lo enfrentan militarmente. Venció al gobernador cordobés general Juan Bautista Bustos en Chajá y al gobernador de San Luis, coronel Luis Videla en Ensenada de las Pulgas, ocupando la ciudad de San Luis. Intentó luego unirse a las fuerzas del gobernador de Entre Ríos general Francisco Ramírez, pero al no querer acompañarlo éste a Chile, retornó a San Luis después de vencer a fuerzas mendocinas en Río Cuarto, mientras que Ramírez fue derrotado y muerto en Río Seco el 10 de julio de 1821.

El 30 de agosto de 1821 fue derrotado en Punta del Médano por las fuerzas del coronel José Albino Gutiérrez.

Pese a que intentó replegarse a Jocolí con sus tropas, es traicionado por algunos de sus seguidores y oficiales, los que insurreccionaron la tropa y, tomándolo prisionero junto con José María Benavente y Felipe Álvarez, es entregado al coronel mendocino Gutiérrez. Enjuiciado y condenado a muerte por numerosos crímenes fue fusilado cerca del mediodía del 4 de septiembre, en la plaza de Mendoza. Durante esa ejecución, y de acuerdo al relato de fray Benito Lamas Carrera demostró gran valor personal, solicitando no se le vendaran los ojos, que se apuntara donde estaba su mano (sobre su corazón) y estar de pie, todo lo cual le fue negado. A continuación, el se limpió cuidadosamente algunas motas de las mangas de su casaca militar y gritó ¡Muero por la libertad de América!.

Luego de ello y según lo relatado en una carta por John M. Forbes, agente de los Estados Unidos en Buenos Aires, al Secretario de Estado de Norteamérica John Quincy Adams, y de acuerdo a un boletin publicado en esa ciudad, el cuerpo de Carrera fue mutilado. Su cabeza fue cortada y expuesta en la plaza de Mendoza; su brazo derecho fue enviado al Gobernador de Córdova, y el izquierdo a Punta de San Luis. Este acto fue considerado de salvaje ferocidad causando un sentimiento de horror en la comunidad. Sin embargo eso es negado por fray Lamas: "Preguntado por el que redacta esta memoria si era cierto, como dice el señor Yates en su diario impreso en el apéndice a la obra inglesa cuyo título es: Journal of a Residence in Chile by Mary Graham, London, 1824, si era cierto que a don José Miguel Carrera le cortaron, después de ejecutado, la cabeza y la mano derecha, me contestó que no había oído nunca semejante cosa, a pesar de haber acompañado, al suplicio al general, residir en Mendoza y haber predicado el sermón de gracias por la victoria de Mendoza contra él; así como la oración - fúnebre del general Morón".

Cabe considerar que ese tipo de mutilaciones no era -como el dictamen mismo sugiere- desconocido en la época y que Carrera mismo no era ajeno a esa “costumbre”, como cuando ordeno cortarle la cabeza al coronel Videla después de su derrota en la batalla por la ciudad de San Luis a fin de presentarla como regalo a su amigo, Estanislao López, entonces gobernador de Santa Fe. El Instituto de Investigaciones Históricas "José Miguel Carrera" ha estado tratando de establecer los hechos por algún tiempo, pero aún no ha publicado resultados.

Su repatriación tuvo lugar, en las palabras de Benavente "Cuando Chile gozo de la plena libertad que nunca había tenido y tal vez no tendrá después" (opp cit, pp 36) Eso fue, irónicamente, durante la presidencia de Francisco Antonio Pinto, persona que es considerada responsable de sepultar para siempre las tendencias federalistas en la política chilena.

Quizás lo correcto es decir que, por mucho tiempo, el prócer fue visto principalmente como una figura romántica en la Historia, visión basada no tanto en los hechos pero en una leyenda que fue medio creada y medio espontánea. Así, por ejemplo, y a pesar que es generalmente conocido que la libertad de vientres fue establecida en Chile por el Primer Congreso Nacional - institución que Carrera derrocó por estar, en su opinión, compuesta por hombres que eran "en su mayor parte ignorantes, asesinos i últimamente dirigidos por uno o dos perversos"- Pablo Neruda implícitamente lo atribuye a Carrera ('Liberaste al hijo del esclavo.)

 

"Dijiste Libertad antes que nadie,

cuando el susurro iba de piedra en piedra

escondido en los parios, humillado. 

Dijiste libertad antes que nadie.

Liberaste al hijo del esclavo. 

Iban como las sombras mercaderes

vendiendo sangre de mares extraños. 

Liberaste al hijo del esclavo."

 

Pablo Neruda Episodio XXIV, del Canto General (extracto)

Otras piezas de la literatura ahondan sobre el carácter y las hazañas de Carrera; entre ellas se puede contar "Los Húsares Trágicos" de Jorge Inostrosa, así como también los escritos del historiador Benjamín Vicuña Mackenna (nieto de Juan Mackenna, a quien Luis Carrera matara en duelo). También se puede contar la producción chilena "Héroes", la cual en celebración de los 200 años de la independencia de Chile también narra la historia de otros próceres chilenos. Esas y muchas otras obras dan, a menudo, como hechos los mitos y leyendas que rodean al personaje o dan una versión que bordea en lo novelesco de los sucesos, tergiversando o mal interpretando hechos a fin de dar un ángulo romántico o "más interesante" a los acontecimientos.  Vicuña Mackenna llega al extremo de sugerir que el complot de 1817 se debió al deseo de Javiera que su hermano Luis se casara con su hija, que se encontraba en Chile.

La historiografía chilena se ha visto por mucho tiempo dividida entre "carrerinos" y "o'higginistas" en un debate que ha sido generalmente estéril, centrándose en el supuesto olvido del papel de Carrera en la independencia de Chile y en detalles, entre otros, como los ya mencionados, debate que se expresa a menudo en tentativas de "restaurar" la posición de uno de esos personajes con cuidadosa omisión del otro.

Así, por ejemplo, en los últimos años los descendientes de la familia Carrera y de sus amigos más cercanos "han intentado que se reconozca nuevamente a don José Miguel como uno de los Padres Fundadores de Chile, dentro del contexto de un proceso emancipador que no fue obra de un solo hombre, sino un hecho colectivo, fruto del esfuerzo de muchas personas, entre las que destacan hombres y mujeres como Manuel Rodríguez, Ramón Freire, Javiera Carrera, Juan Martínez de Rozas, entre otros." Es interesante notar la ausencia en esa lista de, entre otros, tanto de O'Higgins como San Martin.

 

El Instituto de Investigaciones Históricas "José Miguel Carrera" sugiere una aproximación quizás con más relevancia a ese debate. De acuerdo a ese instituto, y frente al conocido unitarismo político de O'Higgins y San Martin: "Carrera también es el precursor de la Unión Americana. Pero una unión entre estados soberanos. Es, en parte, la propuesta que le entrega al propio Simón Bolívar, en una carta enviada en 1816, por intermedio de un pariente de Carrera, el famoso religioso chileno Cortés Madariaga, que fuera precursor de la independencia en Venezuela.

 

Actualmente el Ejército de Chile ha reconocido a don José Miguel Carrera como su primer comandante en jefe y en el último traspaso de mando del general Cheyre al general Izurieta, se ha iniciado la tradición de entregarle la espada del general Carrera al nuevo titular. El 24 de noviembre del año 2005, la Armada de Chile, bautizó un submarino de la clase Scorpene, con el nombre "General Carrera", lo que constituye otro hito en la reivindicación histórica del prócer al tratarse del primer buque de guerra que lleva su nombre.

José Miguel fue abuelo del héroe de la Guerra del Pacífico, Ignacio Carrera Pinto. Tuvo cinco hijos, de los cuales solo el último, de nombre José Miguel, fue varón.

 

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